En un incidente que ha generado indignación y debate sobre el respeto al arte, un turista rompió una valiosa obra de arte contemporáneo, conocida como la silla "Van Gogh", en el museo Palazzo Maffei de Verona, Italia. La pieza, creada por el artista italiano Nicola Bolla y cubierta con cientos de cristales Swarovski, fue dañada gravemente cuando el visitante, ignorando las advertencias, se sentó sobre ella para tomarse una fotografía. El suceso, ocurrido en abril de 2025 pero hecho público el 12 de junio del mismo año, fue captado por las cámaras de seguridad del museo y ha desatado una campaña para concienciar sobre la importancia de preservar el patrimonio cultural.
La silla "Van Gogh", inspirada en la icónica pintura La silla de Vincent (1888) del pintor holandés Vincent van Gogh, es una obra del artista Nicola Bolla, reconocido por transformar objetos cotidianos en piezas de lujo mediante el uso de cristales Swarovski. La estructura de la silla, aunque visualmente imponente, es extremadamente frágil, con un marco hueco y un ensamblaje delicado sostenido por láminas. Estaba exhibida sobre un pedestal, con un cartel que advertía claramente a los visitantes que no debían tocarla.
Según las imágenes de las cámaras de seguridad, una pareja de turistas esperó a que el personal de seguridad se alejara para posar junto a la obra. La mujer simuló sentarse para una foto, mientras que el hombre decidió sentarse directamente sobre la silla. Al hacerlo, la pieza colapsó bajo su peso, rompiéndose dos patas y el asiento principal. El turista, visiblemente sorprendido, intentó sostenerse de la pared para no caer, y ambos abandonaron rápidamente la sala antes de que el personal del museo descubriera el daño. El museo calificó el acto como un "gesto irresponsable" que puso en riesgo la integridad de una obra valiosa, estimada en unos 40,000 a 100,000 euros según diferentes fuentes.
El Palazzo Maffei, un museo inaugurado en 2020 que alberga más de 650 obras de arte, incluyendo piezas de Picasso, Magritte y antigüedades egipcias, compartió el video del incidente en sus redes sociales para denunciar el comportamiento "superficial y irrespetuoso" de los turistas. En un comunicado, la institución expresó que el episodio representaba "la pesadilla de cualquier museo" y lamentó que la búsqueda de una "foto espectacular" hubiera causado un daño significativo. La directora del museo, Vanessa Carlon, reforzó este mensaje, destacando la necesidad de proteger el arte en un contexto donde la cultura de las selfies impulsa conductas irresponsables.
A pesar de la gravedad del daño, la silla "Van Gogh" fue restaurada gracias a un "gran trabajo" de conservación, según la historiadora de arte Carlotta Menegazzo, y volvió a ser exhibida en el museo. Sin embargo, los responsables del incidente no han sido identificados ni localizados, lo que ha generado críticas sobre la falta de consecuencias para los culpables. El museo evalúa posibles acciones legales, aunque no se han proporcionado detalles sobre avances en este aspecto.
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