El Instituto de las Mujeres , organismo autónomo adscrito al Ministerio de Igualdad , ha publicado un informe de 42 páginas en el que califi...
El Instituto de las Mujeres, organismo autónomo adscrito al Ministerio de Igualdad, ha publicado un informe de 42 páginas en el que califica el uso del nombre «Charo» como un «mecanismo de desprestigio sistemático» contra las mujeres que defienden la igualdad y lo incluye dentro de las nuevas formas de «violencia machista en el entorno digital». Según el documento, difundido esta semana, el término se ha convertido en un «insulto codificado» que busca ridiculizar al feminismo asociándolo a un estereotipo de mujer «poco culta, ordinaria y de clase trabajadora», reforzando así «la intersección de la misoginia con el clasismo».
El origen del fenómeno se remonta a las redes sociales, especialmente Twitter (ahora X) y foros como Forocoches, donde desde hace unos cinco años el nombre «Charo» empezó a emplearse de forma masiva y despectiva para referirse a cualquier mujer que expresara opiniones feministas, independientemente de su nombre real. El informe recoge cientos de capturas en las que se puede leer frases como «otra Charo quejica», «las Charos del 8M» o «la Charo de turno soltando su discurso victimista». Para el Instituto, este uso «deshumaniza» a las mujeres, las reduce a un «personaje caricaturesco» y constituye una «estrategia deliberada de acoso coordinado».
El texto va más allá y afirma que «Charo» funciona como el equivalente femenino de términos históricamente usados para deslegitimar a colectivos oprimidos: «Así como en su día se llamó ‘maricón’ a cualquier hombre que defendiera derechos LGTBI o ‘sudaca’ a quienes reclamaban justicia migratoria, hoy ‘Charo’ cumple la función de señalar, aislar y ridiculizar a las feministas». El informe propone incluir este tipo de prácticas en los protocolos de violencia de género digital y solicita a las plataformas que las consideren «discurso de odio» susceptible de sanción.
La reacción no se ha hecho esperar. En redes sociales, el hashtag #YoSoyCharo se ha convertido en tendencia, usado tanto por quienes se burlan del informe («Hola, soy Charo y exijo que me paguen las copas por ser mujer») como por quienes lo defienden («Si llamar Charo a una feminista es insulto, orgullosa de serlo»). Políticos de PP y Vox han calificado el texto de «delirio ideológico» y «gasto inútil de dinero público», recordando que el presupuesto del Instituto de las Mujeres para 2025 supera los 68 millones de euros. Desde el Ministerio de Igualdad, sin embargo, se defiende que «nombrar la violencia es el primer paso para erradicarla» y se anuncia una campaña de sensibilización para 2026.
Mientras, muchas mujeres llamadas realmente Charo (más de 87.000 según el INE) han expresado su desconcierto y malestar. «Mi madre se llama Charo, es limpiadora y vota al PP. ¿Ahora también es violencia machista?», preguntaba una usuaria. El debate, en cualquier caso, ha logrado que medio país hable del tema, aunque no precisamente en los términos que esperaba el Ministerio de Igualdad.





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