Tensión resurge en la frontera: Tailandia y Camboya rompen alto el fuego con nuevos combates cerca de Chong Bok

La frágil paz en la frontera entre Tailandia y Camboya se ha desmoronado tras el anuncio del Ejército Real Tailandés (RTA) de que el alto el...

La frágil paz en la frontera entre Tailandia y Camboya se ha desmoronado tras el anuncio del Ejército Real Tailandés (RTA) de que el alto el fuego pactado el pasado lunes 28 de julio ha sido roto, desencadenando una nueva ronda de combates cerca de Chong Bok, en la provincia de Ubon Ratchathani. Según un comunicado emitido a las 04:30 horas locales (02:30 CEST), el RTA informó que el Ejército camboyano lanzó un bombardeo de artillería sorpresa contra posiciones tailandesas en una colina cercana, hiriendo a tres soldados y dañando un puesto de observación. La acción, descrita como un "ataque deliberado" por el portavoz militar tailandés, Ritcha Suksuwanon, provocó una inmediata represalia por parte de las fuerzas tailandesas, que respondieron con fuego de artillería y el despliegue de un avión F-16 para bombardear posiciones camboyanas en la zona limítrofe, intensificando las hostilidades en menos de 24 horas tras la tregua negociada en Kuala Lumpur.

El alto el fuego, mediado por Malasia bajo la presidencia de Anwar Ibrahim, había entrado en vigor a la medianoche del lunes con el compromiso de ambas partes de cesar las operaciones militares y reanudar el diálogo. Sin embargo, las tensiones latentes, alimentadas por una disputa territorial de más de un siglo sobre áreas como el Triángulo Esmeralda y templos como Ta Muen Thom, parecen haber prevalecido. El RTA acusó a Camboya de violar el acuerdo al iniciar el ataque a las 03:45 horas locales, utilizando lanzacohetes BM-21 Grad, mientras que el Ministerio de Defensa de Camboya, a través de su portavoz Maly Socheata, replicó que las fuerzas tailandesas habían realizado un movimiento previo hacia la colina, justificando el bombardeo como un acto de "autodefensa". Esta narrativa contradictoria ha reavivado las acusaciones mutuas de agresión, sumiendo nuevamente a la región en un ciclo de violencia que ha dejado al menos 35 muertos y más de 300,000 desplazados desde el estallido del conflicto el 24 de julio.

Los combates, que se intensificaron durante la madrugada, han forzado la evacuación de cientos de civiles en ambas zonas fronterizas, con reportes de explosiones resonando en aldeas cercanas a Chong Bok y Sam Tae. Testigos locales describieron a medios internacionales cómo las familias huyeron hacia refugios improvisados, mientras columnas de humo se alzaban desde la colina atacada. El RTA afirmó haber destruido una batería de artillería camboyana y un puesto de mando en represalia, mientras que Phnom Penh denunció que los ataques aéreos tailandeses alcanzaron áreas residenciales, causando al menos dos heridos civiles. La Real Fuerza Aérea Tailandesa negó estas acusaciones, insistiendo en que los objetivos fueron estrictamente militares, pero la falta de verificaciones independientes ha avivado las especulaciones sobre una posible escalada.

La ruptura del alto el fuego ha generado reacciones inmediatas a nivel internacional. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había celebrado el acuerdo anterior como un éxito de su mediación, expresó su "decepción" en una publicación en redes sociales, advirtiendo que impondrá sanciones económicas a ambos países si no restablecen la paz "en las próximas 48 horas". Malasia, como presidente de la ASEAN, convocó una reunión de emergencia para este martes por la tarde, mientras la ONU, a través de António Guterres, instó a una "desescalada urgente" y ofreció asistencia humanitaria. En el terreno, las fuerzas de ambos lados han reforzado sus posiciones, con Tailandia desplegando tanques T-84 y Camboya moviendo unidades de infantería hacia la frontera, lo que sugiere que el conflicto podría extenderse más allá de los puntos actuales si no se logra una nueva tregua. La región, clave para el turismo y el comercio del sudeste asiático, enfrenta ahora un futuro incierto mientras las hostilidades amenazan con desatar una guerra abierta.