Noelia Núñez, destacada figura del Partido Popular (PP) y hasta ahora vicesecretaria de Movilización y Reto Digital, ha anunciado su dimisió...
Noelia Núñez, destacada figura del Partido Popular (PP) y hasta ahora vicesecretaria de Movilización y Reto Digital, ha anunciado su dimisión de todos sus cargos orgánicos e institucionales mediante un comunicado que ha sacudido la política española. La renuncia, publicada en su cuenta de X a las 18:50 del miércoles 23 de julio, llega tras una controversia desatada por la detección de irregularidades en su currículum académico, donde se afirmaba que poseía títulos universitarios como un doble grado en Derecho y Ciencias Jurídicas de las Administraciones Públicas, que no había completado. En su mensaje, la exdiputada de 33 años asume "toda la responsabilidad" de sus actos, pide disculpas a quienes se sientan "decepcionados" y subraya que "pedir perdón no es suficiente", marcando un punto de inflexión en su carrera política y abriendo un nuevo capítulo de debate ético en el panorama nacional.
El comunicado, redactado con un tono reflexivo, detalla cómo Núñez decidió dar un paso atrás tras la presión creciente tras la revelación, el pasado martes, de que los datos presentados al Congreso, al Ayuntamiento de Fuenlabrada y a la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala eran inexactos. Inicialmente, Núñez defendió que no había intención de engañar, atribuyendo las discrepancias a una "equivocación" y prometiendo retomar sus estudios inconclusos, pero la intensidad de las críticas, especialmente desde el PSOE, que exigió su dimisión, la llevó a reconsiderar su posición. En la carta, agradece a Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, y a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, por la confianza depositada en ella, y subraya su orgullo por militar en un partido con un "nivel de exigencia" que la impulsa a tomar esta decisión. Con esta renuncia, Núñez deja su escaño en el Congreso, su rol como portavoz del PP en Fuenlabrada y su puesto en la cúpula del partido, un cargo que asumió el 6 de julio tras el último Congreso Nacional del PP.
El contexto de la dimisión está marcado por una tormenta mediática que comenzó cuando el ministro de Transportes, Óscar Puente, cuestionó públicamente sus credenciales académicas, desatando una oleada de escrutinio en redes sociales y un enfrentamiento entre PP y PSOE. El partido de gobierno aprovechó la oportunidad para señalar hipocresía en la oposición, mientras el PP, liderado por Feijóo, ha intentado girar la narrativa, alabando la renuncia de Núñez como un acto de honor y exigiendo a su vez la dimisión de cargos socialistas como Pilar Bernabé y Patxi López por casos similares de inconsistencias en sus currículums. Feijóo, en un mensaje en X, defendió que "no somos como ellos", destacando que mientras el PSOE toleraría conductas más graves, el PP prioriza la ejemplaridad, un argumento que ha resonado entre sus bases pero que no ha silenciado las críticas internas ni externas.
La renuncia ha dejado un vacío en la estrategia digital del PP, donde Núñez era una figura emergente, conocida por su conexión con el electorado joven y su perfil renovador impulsado por Ayuso. Su salida, sin embargo, no parece haber calmado las aguas, con sectores del partido debatiendo si la decisión fue suficiente para restaurar la credibilidad o si expone vulnerabilidades en la selección de cuadros. En las calles y en redes, las opiniones están divididas: algunos la ven como una víctima de un ataque político, mientras otros la acusan de irresponsabilidad por no verificar su información. Con el Comité Ejecutivo Nacional del próximo lunes en el horizonte, Feijóo deberá nombrar un reemplazo, y el nombre de Elvira Rodríguez, próxima en la lista por Madrid, suena como posible sucesora, aunque su designación aún no está confirmada. Mientras tanto, la dimisión de Núñez sigue siendo el foco de un debate que pone a prueba los estándares éticos de la política española en un verano ya cargado de tensiones.
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